Confederación Europea de Sindicatos


La Confederación Europea de Sindicatos (CES), creada en 1.973, es la organización sindical europea que agrupa a 81 organizaciones, entre ellas a CCOO, de 36 países europeos y a 12 federaciones sindicales europeas, con un total de 60 millones de afiliados.

La CES coordina las actividades de los 39 Consejos Sindicales Interregionales (CSIR), que organizan la cooperación sindical a nivel transfronterizo. Además, otras estructuras sindicales como Eurocadres (Consejo Europeo de Cuadros y Personal Directivo), y la FERPA (Federación Europea de Personas Mayores y Jubiladas) funcionan también bajo los auspicios de la CES.

La CES está reconocida por la Unión Europea, el Consejo de Europa y la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) como la única organización sindical interprofesional representativa en Europa.

Las prioridades de la CES para una Europa mejor son:

A. Una economía fuerte al servicio de la ciudadanía con:

  • inversiones para el pleno empleo y empleos de calidad para todos;
  • el fin de las políticas de austeridad;
  • mejores salarios para estimular la demanda interna y la recuperación
  • los trabajadores europeos necesitan un incremento salarial, para reducir las desigualdades y combatir la pobreza; la prioridad de los derechos sociales fundamentales sobre las libertades económicas;
  • políticas para empleos verdes, un futuro sostenible, servicios públicos fuertes, una fiscalidad justa, acabar con la especulación financiera y una gobernanza europea revisada.

B. Sindicatos más fuertes para la defensa de los valores democráticos y de la democracia en el trabajo, incluyendo:

  • el respeto y fortalecimiento del diálogo social y la negociación colectiva en toda Europa;
  • más democracia económica y social, también en los lugares de trabajo, libertad de asociación y derecho de huelga;
  • la implicación de la CES en la elaboración de las estrategias europeas en materia de empleo, de política económica y de política social.

C. Un núcleo de normas sociales ambiciosas priorizando:

  • el establecimiento de un marco para los derechos laborales y sociales que tenga como objetivo lograr el progreso social;
  • el fin del dumping social y de la desregulación;
  • un trato justo e igual para todos los trabajadores, sin discriminación.

La CES insiste en la aplicación estricta de las disposiciones del Tratado de Lisboa, que establece que la política exterior y la política comercial de la Unión deben tratar de promover sus valores en el resto del mundo. Estos incluyen la democracia y la paz, el estado de derecho, la universalidad e indivisibilidad de los derechos humanos y las libertades fundamentales, el respeto a la dignidad humana, los principios de igualdad y solidaridad y el respeto a los principios de la Convención Europea de los Derechos Humanos, de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.

La CES reconoce que los acuerdos comerciales y de inversión deben ser parte de una relación política más amplia y que estos acuerdos deben ser negociados en el interés público más que en el interés de los inversores privados y no deben en ningún caso cuestionar el derecho de los Estados miembros para regular. La CES se opone, en particular, a los mecanismos de resolución de conflictos entre inversores y Estados (ISDS) - que favorecen a los inversores extranjeros por encima de todos los demás y equivalen a privatizar la justicia, al enfoque de lista negativa (que cubre todos los servicios menos los específicamente excluidos) y a la inclusión de los servicios públicos en acuerdos comerciales como el TTIP (EEUU) y el CETA (Canadá). La CES exige la exclusión de los servicios públicos y un enfoque de listas positivas en todos los acuerdos comerciales.

La CES insiste en que todos los tratados comerciales de la UE incluyan obligatoriamente cláusulas ejecutorias en materia de protección del trabajo. Dichas protecciones existen en los acuerdos americanos y canadienses y deben ser mejoradas para cubrir un amplio abanico de convenios de la OIT y ser integradas en los acuerdos de la UE para garantizar el carácter ejecutorio y efectivo de disposiciones disuasorias contra las infracciones, estén o no ligadas al comercio.

La CES insiste en que los acuerdos internacionales de comercio y de inversión de la UE y la AELC deben incluir una fuerte dimensión social, la promoción del trabajo y los salarios decentes, el desarrollo sostenible y la protección medioambiental, la salvaguardia de la gobernanza democrática y de los servicios públicos, garantizando un alto nivel de regulación financiera así como la aplicación y el cumplimiento por todas las partes de las normas laborales de la OIT. Todos esos acuerdos deberán ir acompañados de un mecanismo de control, denuncia y sanción que implique a los interlocutores sociales. Se debe prever una cooperación técnica con el apoyo de la OIT.

La CES insiste en la necesidad de transparencia en todas las negociaciones comerciales y de inversiones, de control democrático por parte del Parlamento Europeo, y de consulta con los interlocutores sociales y las organizaciones de la sociedad civil. En ningún acuerdo, las decisiones políticas deben ser condicionadas por organismos no democráticos, como un consejo de cooperación regulatoria.

La CES insiste en que la UE debe mantener instrumentos de defensa comercial fuertes que impongan restricciones específicas a las importaciones contrarias a la competencia en Europa, en particular si son elaboradas por trabajadores que no están protegidos de acuerdo con las normas internacionales.

La CES alienta una política europea de desarrollo que promueva, con carácter prioritario, el diálogo social y el trabajo decente en los países beneficiarios, incluyendo las economías emergentes y llama a la UE en su conjunto y a cada Estado miembro individualmente a alcanzar el objetivo de las Naciones Unidas de consagrar el 0,7% de su PNB a la ayuda oficial al desarrollo. El movimiento sindical europeo debe participar específicamente en el diseño de políticas, así como en la asignación del presupuesto disponible.

La CES seguirá cooperando con la CSI en sus actividades internacionales y desarrollando contactos regionales.

La CES también promoverá y ayudará a un sindicalismo y un diálogo social independientes en la región Euromed, especialmente en los territorios palestinos, en cooperación con la Confederación Sindical Árabe y ACTRAV.

La CES participará de manera proactiva en la revisión de la Política europea de vecindad para que este instrumento garantice un partenariado eficaz basado en la igualdad que responda a las necesidades y aspiraciones reales de los trabajadores y ciudadanos en los países afectados. La CES mantendrá y desarrollará relaciones con las organizaciones sindicales en África, en particular a través de la CSI-África, y del programa UE-ACP; en las Américas con la CSA y a nivel regional y subregional (Comunidad Andina, Centroamérica, Mercosur), así como los EEUU y Canadá; y en Asia, con la CSI-AP, buscando sobre todo desarrollar el trabajo del Foro ASEM para el Diálogo Social.

La CES también seguirá cooperando con la CSI a través de la Red de Cooperación Sindical al Desarrollo, y con la Comisión Sindical Consultiva ante la OCDE (TUAC), en particular en relación con las Directrices de la OCDE para las empresas multinacionales (EMN), el plan de acción de la OCDE contra la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS) y las iniciativas del G-20.

La CES exhorta a la Comisión Europea a implicar en mayor medida a las organizaciones sindicales en la política europea de cooperación al desarrollo. Debe garantizar una mayor sinergia con y entre las organizaciones nacionales con respecto a los objetivos.

La CES se guiará por los principios enunciados anteriormente para desarrollar y continuar políticas para la paz, la democracia y los derechos laborales respecto a regiones y países específicos, trabajando en cooperación con las respectivas organizaciones sindicales hermanas en todo el mundo.