El marco conceptual del análisis de género se basa en el argumento de que la producción y la reproducción, las actividades remuneradas y no remuneradas, están vinculadas intrínsecamente y organizadas alrededor de relaciones de poder, y que las mujeres y los hombres participan en el mercado en condiciones de desigualdad.
La fuerte tendencia neoliberal que está definiendo las normativas de la OMC hace que se ignoren el impacto y la distribución de los beneficios y las pérdidas. Por ejemplo, los informes de Revisión de las Políticas Comerciales ofrecen datos agregados macroeconómicos y comerciales así como información sobre las políticas gubernamentales, pero no proporciona información sobre el impacto del comercio en la sociedad o sobre el medioambiente.
Esta carencia de información se evidencia en los siguientes aspectos:
No se ha realizado ningún análisis sobre los efectos existentes o potenciales de las políticas comerciales sobre hombres y mujeres, sin tener en cuenta que tampoco existe ningún análisis de impacto antes de que se tomen las decisiones sobre las políticas.
Se presupone que las políticas comerciales y las reglas de la OMC son neutrales con respecto a los efectos sobre las relaciones de género. Se parte de la premisa de que las mujeres y los hombres pueden participar en condiciones de igualdad en el comercio; que, en principio, el impacto sobre hombres y mujeres no es diferente, y que las normas de la OMC ni afectan, ni son influenciadas por la relación entre hombres y mujeres. De esta forma, se dice que la OMC es neutral con respecto al género.
El análisis de género sobre esta materia quiere demostrar que el ignorar las cuestiones de género puede tener efectos negativos en la posición económica y social de mujeres y niñas, especialmente en los grupos más desfavorecidos.